Rabu, 21 Desember 2016

“La princesa Tarakanova” - G. P. Danilevsky



Aprovechando el mes de la novela clásica, he rescatado un libro que tenía en mis estanterías desde hace bastante tiempo: un clásico de la editorial d’Época cuyas propuestas, como sabéis, me encantan

Éstas son mis impresiones


G. P. Danilvesky

Grigori Petrovich Danilevsky (1829-1890) perteneció a la típica burocracia rusa del siglo XIX. Se especializó en escudriñar los rincones más oscuros de la historia rusa, siempre en busca de episodios singulares, extraños y tenebrosos, relegados al olvido.

Autor sobrio, modesto a pesar de su notabilísima erudición, claro y preciso en la exposición de los hechos, Danilevsky figura entre los mejores clásicos de la literatura rusa, y todas sus obras son especialmente notables por su inspiración en fuentes históricas.



Datos técnicos


Título: “La princesa Tarakanova”

Autor: G. P. Danilevsky

Traductor: Boyan Marcoff

Editorial: d’Época, Colección Tesoros de Época

Edición: tapa dura con sobrecubierta

250 páginas

P.V.P. 17,90 euros en papel / e euros en digital

(Incluye como obsequio lámina réplica de la ilustración de cubierta (20x13cm))



Argumento
La aparición de la Princesa Tarakanova sacude los cimientos del trono de la emperatriz rusa Catalina II la Grande. La odisea vivida por la princesa pretendiente al trono encierra un misterio que es prácticamente desconocido en nuestros días.

En 1772 aparece en París una hermosa y misteriosa joven que se presenta entonces en sociedad con el título de Princesa Vlodomir, posteriormente conocida como Princesa Tarakanova. De ella nada se sabe apenas, sólo que afirma haber sido raptada en Alemania y luego enviada a Persia. Siempre según esta mujer, en Ispahan un príncipe le revela su identidad noble y la convence para que regrese a Europa a fin de conquistar el trono que le pertenece. Rodeada de personajes sospechosos e intrigantes lleva una vida extremadamente lujosa en París, Londres y Berlín, lugares donde se encargará de propagar el rumor de que es hija de la difunta emperatriz Isabel I de Rusia —muerta diez años atrás— y de su favorito cosaco con el que se casó en secreto.



Impresiones


Isabel Alekseyvna, princesa Vladimir o princesa Tarakanova, fue una princesa rusa. ¿O no? No está claro y éste es uno de tantos misterios relacionados con la realeza rusa. Ella, desde luego, decía que sí: que era princesa rusa y legítima heredera al trono por encima de la entonces zarina Catalina II. Isabel decía ser hija de la zarina Isabel I y estar en poder del testamento en la que ésta reconocía a Isabel como hija suya y del conde Razumovsky con el que se habría casado en secreto. Sin embargo, oficialmente Isabel había nombrado heredero a su sobrino Pedro III, quien años después se casaría con Catalina la cual, a la muerte de su esposo, reinaría con mano dura como Catalina II. En base a ese testamento y un cierto parecido físico con la difunta Isabel, la princesa Tarakanova, afincada fuera de Rusia, quiso reivindicar sus derechos. Para ello se ayudó de algunos nobles y ricos hombres descontentos con el despotismo de Catalina.

I
Isabel Alekseyvna
sabel, descendiente o no de zares, fue sin duda una mujer muy cultivada y elegante, amante del lujo y del buen vivir y muy bella, que llegó a preocupar a Catalina la cual decidió tomar cartas en el asunto. Encargó al coronel Aleksei Orlov convencer a Isabel para que viajara a Rusia, donde estaría a su disposición. Valiéndose de argucias nada honorables, Orlov llevó a Rusia a la princesa donde fue inmediatamente detenida y encerrada en una mazmorra donde, enferma, murió al poco tiempo.

Si Isabel era o no parte integrante de los Romanov y legítima heredera al trono es algo que hoy día carece de una respuesta. G. P. Danilvesky, historiador y escritor, va a contarnos en esta novela cómo ocurrieron los hechos. Lo hace de forma objetiva, dando nombres, fechas, datos. Aunque, en mi opinión, yo creo que él sí creía que Isabel tenía sangre real (o eso es lo que me dicta mi vena romántica)

“La princesa Tarakanova” es una novela histórica que me ha descubierto un hecho y un personaje del que no había oído nunca hablar y me ha resultado muy interesante.

La novela está dividida en dos partes. La primera ocupa los primeros diecisiete capítulos y está narrada por Konzov, un oficial de la marina rusa que tiene ocasión de conocer a la princesa y ser partícipe de sus aspiraciones. Y, aunque es reacio pues es totalmente fiel a su zarina, al final va a ponerse de parte de la aspirante. Esta parte está narrada en primera persona por el oficial Konzov en un lenguaje formal pero adaptado a las características de un soldado de buena cuna como él, culto pero sin exagerar. En esta parte Konzov nos cuenta quién fue Isabel y qué le pasó hasta el momento en el que fue traicionada por Orlov. La segunda parte comienza en el capítulo XVIII y termina en el XXXVI y nos narra lo que ocurrió después: ya en Rusia, con la princesa en manos de la zarina. En este caso será un narrador omnisciente quien, desde fuera, y de una manera más formal y desapasionada nos cuente qué ocurrió desde que la princesa fue detenida hasta que falleció.

E
Catalina II
l estilo del autor es exquisito: más subjetivo y emocional en la primera parte, más objetivo y formal en la segunda, en todo momento utiliza una prosa elegante y una construcción sintáctica brillante. Eso sí, al principio el libro cuesta un poco (al menos a mí me costó y, por lo que me han comentado, le ha pasado a más gente): cuesta hacerse con los personajes pues son bastantes y no están demasiado definidos, además de que los nombres rusos no nos son demasiado familiares. Pero es cosa de cinco o seis capítulos; luego ya me metí en la historia, me hice con los personajes y la situación y a partir de ahí la lectura me resultó más fluida.

Se nota que el autor se ha documentado con profusión sobre los hechos y los personajes históricos y nos cuenta todo de forma objetiva, dando datos y no decantándose por ninguna hipótesis (aunque, como he dicho más arriba, a mí me da la impresión de que sí pensaba que Isabel podía ser una Romanov, pero igual es una impresión mía). En todo caso, cualquier cosa pudo ser: era una época revuelta, hay muchos misterios en torno a los zares e Isabel no fue la única pretendiente al trono. Lo que la princesa cuenta pudo perfectamente ser posible; en aquella época no había análisis de adn que hubieran dado una respuesta cierta así que ya cada uno que crea lo que quiera. Yo me quedo con que sí, que era hija secreta de la casquivana Isabel y el apuesto cosaco, que se parecía mucho a su madre y que por eso Catalina tenía miedo de ella y decidió acallarla para siempre.

Y
Conde Orlov
, bueno, tengo que hablar de la edición que nos ofrece de d’Época. Diréis que soy una pesada, que siempre que hablo de un libro de esta editorial digo lo mismo pero es que no puedo decir otra cosa: puedo decirlo de otra manera pero no cosas distintas. Y es que al César lo que es del César y el trabajo que hace esta editorial rescatando clásicos olvidados y vistiéndolos de gala hay que reconocerlo una y mil veces. Así que, una vez más, os diré que d’Época nos ofrece aquí una joya, por dentro y por fuera. Un libro perfectamente traducido, corregido, maquetado… Con unos materiales de calidad. Y lo acompaña con una ilustración de la portada que bien merece enmarcarse, y un postfacio en el que se explican cosas de los personajes reales y de los hechos narrados además de contener reproducciones de cuadros que nos permiten hacernos a la idea de cómo era, al menos físicamente.



Conclusión final

Como siempre, un placer leer las propuestas que nos trae la editorial d’Época. En este caso, una novela clásica rusa, histórica, que me ha resultado entretenida e instructiva

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